21 Oct Celebración fiesta de la Pureza
Acción de gracias que leyó una alumna de 2ºBachillerato en nombre de todos los alumnos.
Hace casi 15 años, muchos de los que hoy estamos en 2º de bachiller, empezábamos nuestro camino en el cole. Un camino que, poco a poco, ha ido tomando forma gracias a los profesores, las hermanas, los compañeros…y el cual nos ha hecho crecer como personas a nivel humano y, por supuesto, como buenos cristianos, hasta llegar a formar una gran familia dentro de nuestra etapa escolar. Y casi sin darnos cuenta, ha llegado el que va a ser nuestro último día de la Pureza.
Es sorprendente ya que parece que fue ayer cuando traíamos flores y las llevábamos a la capilla, pintábamos dibujos de Madre Alberta, sí…Madre Alberta. Esa gran mujer de la que proviene nuestro lema “Tu felicidad es mi felicidad”. Esa mujer que para muchos es un modelo a seguir, un claro referente que nos ha acompañado a lo largo de nuestros años en el cole.
Sus vivencias y su forma de afrontarlos han marcado nuestra forma de vida. Ese ser capaz de salir de sí misma y entregarse con ternura plenamente a Dios y a los demás, por buscar, ante todo, la felicidad del prójimo, que era lo que le hacía verdaderamente feliz.
Madre Alberta, que nos ha acompañado como miembros de la Pureza, ha sido, es y será un modelo extraordinario para todos nosotros.
Queremos dar las gracias a todos los profesores por habernos enseñado tantas cosas, por haber intentado que sacáramos lo mejor de nosotros mismos en todo momento.
Gracias a las hermanas por habernos inculcado valores de fe, generosidad, respeto, amistad…y por habernos acercado a Dios, ya que por donde Él pasa, todo cambia para bien, como decía el salmo de hoy: “El Señor ha hecho en mí maravillas”.
Y, por supuesto, gracias a vosotros, amigos y amigas, por tantos años compartidos, por todas las experiencias vividas juntos y por estar ahí siempre.
A los alumnos de otros cursos nos gustaría decirles desde aquí que disfruten de todo esto que hoy celebramos, porque dentro de nada serán ellos los que nos tomen el relevo y les animamos a continuar esforzándose día a día, porque verdaderamente merece la pena.
Esta despedida no podría terminar sin antes hablar de nuestra Virgen de la Pureza: modelo de madre, madre de familia, madre de la Pureza y de todos nosotros; que Ella nos acompañe y guíe día a día nuestros caminos, por muchos años que pasen, en cualquier lugar que estemos, y que la llevemos siempre en nuestros corazones. AMÉN.
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