22 Feb Rosa Maria Soriano Reus, ex alumna, escribe su primer libro
¡Es un capricho del destino!
Cuando era pequeña admiraba a la profesora Rosa Gallart por su sabiduría y profesionalidad, me infundía un profundo respeto. Sus clases eran diferentes con un nivel de exigencia muy alto. Cada vez nos sorprendía con nuevos retos que nos llevaban a esforzarnos y a no bajar la guardia.
Era una gran visionaria, anticipada a los tiempos educativos de su época. Sus famosos controles de las grandes novelas de los clásicos, las clases prácticas en los teatros como el Principal con la obra “La vida es Sueño”, ha quedado impregnado en mi memoria y ha marcado mi infancia.
Desde niña he amado la literatura, mi madre me leía cada noche un cuento que se inventaba y me aficioné a la lectura. He devorado todo tipo de cuentos, poesía, novela y me he introducido en grandes aventuras.
Rosa Gallart fue crucial en mi vida desde la más tierna infancia hasta la madurez, etapa en la que me encuentro. Ella me ha guiado por la senda de la literatura y me ha hecho descubrir una faceta que tenía dormida y que desconocía.
Tuvo una vida difícil, llena de sinsabores y problemas que supo dirigir hasta el final de su camino. Era una persona muy culta e inteligente con una gran experiencia y vocación para la enseñanza.
En la adolescencia seleccionó mi redacción para el concurso de la Coca Cola con el título asignado: “Una noche tibia de verano”. En ese momento no fui consciente de aquel honor, seguía sin creer en mí.
El azar o la providencia se aliaron para que me encontrará después de muchos años con Rosa Gallart en el barrio y se interesara por mí. Al leer el primer manuscrito “Historia de una Bodega”, me insistió en la publicación. Al principio no me vi capaz de iniciar tal aventura hasta que me la encontré dos veces más y me convenció. Después de la primera novela, le prometí a mi abuela que le dedicaría la segunda. Rosa me alentaba para que a pesar de mi trabajo dedicase tiempo a escribir. Fue una época tumultuosa para mí, ya que al fallecer mi abuela me sentí sin fuerzas para escribir. Tres años después de su muerte, en 2010 me decidí a comenzar la novela “Cartas de Gabriel” que finalicé en 2019.
Rosa Gallart ha sido mi mecenas y me ha revisado cada página de dicha novela. Me decía: “He descubierto que te has contagiado del leísmo de Valencia”.
El tercer manuscrito “Pies de Barro” lo inicié en 2020. La primera parte la llegó a leer emocionándose mucho. En agosto me comentó que por favor la finalizase pronto que estaba delicada del corazón y quería saber el final de la historia.
He tenido la satisfacción de haberla conocido mejor al final de su vida, hemos hablado mucho de literatura, recordado la etapa del colegio, me ha contado lo mucho que quería a sus sobrinos. He podido ver su lado más tierno en el Ceam, ya que ella era usuaria y participaba en el taller de cerámica y artesanía. Le encantaba pintar y casi todo el confinamiento lo paso distraída pintando en su casa.
Me ha dejado huérfana a nivel literario y humano. Siento que se ha ido una parte de mí, que conocía perfectamente mi historia personal y que sabía de mi mundo interior.
Ahora sé que al igual que yo la admiraba, ella también a mí, y me lo ha demostrado con creces todos estos años, desde 2003 que inicié mi andadura en el Ceam Cabanyal como Directora del Centro Especializado de Mayores.
Ha sido testigo de mis progresos. Como un lazarillo me ha llevado de la mano para que creyese en mi talento. El año pasado me llamó para decirme: “No entiendo por qué has empezado tan tarde a escribir, si tienes tanto que contar. Con el don se nace y lo tienes”.
Su valía, saber hacer y su impronta quedará entre todas las alumnas que la hemos tenido.
Rosa María Soriano Reus
Sorry, the comment form is closed at this time.